lunes, 18 de diciembre de 2017

Metafísica de los tubos

★★★☆☆
Metafísica de los tubos cuenta los primeros tres años de vida de un ser obsesionado por el agua que, disconforme con su entorno, adopta la inerte forma de tubo como condición existencial. Con la crueldad, el realismo y el peculiar humor al que nos tiene acostumbrados, Amélie Nothomb rememora, a través de una narración que combina filosofía y fontanería, episodios de su infancia japonesa, transcurrida en Osaka.

Que la protagonista de esta novela sea un bebé superdotado que opta por vegetar, que se autoproclama Dios y que se niega a manifestar sus emociones hasta que descubre el sentido de la vida en una barrita de chocolate y la muerte en un estanque habitado por repugnantes carpas, constituye un acto de coherencia con un universo literario en el que la obsesión por venerar el paraíso de la infancia es un tema recurrente. Metafísica de los tubos constituye uno de los relatos más autobiográficos de la autora que, al igual que en la inolvidable y aplaudida Estupor y temblores, que fue galardonada con el Grand Prix de la Academia Francesa, construye aquí una trama original, de poética anfibia, que vuelve a deslumbrarnos con fogonazos de humor descarnado e impactante.


EDITORIAL:Anagrama
Páginas: 144

Amélie Nothomb nació en Kobe (Japón) en 1967. Proviene de una antigua familia de Bruselas, ciudad en la que reside actualmente, aunque pasó su infancia y adolescencia en Extremo Oriente, principalmente en China y Japón, donde su padre fue embajador. Desde su primera novela, Higiene del asesino, se ha convertido en una de las autoras en lengua francesa más populares y con mayor proyección internacional. 

Me acerqué a Amelie gracias a la comunidad Bookstagram, @casiopeaandtheunicorns publicó una foto con una gran colección de libros publicados por anagrama y Amelie Nothomb era la autora de todos ellos, comentaba que Amelie es de esas escritoras que o amas o odias, me llamó mucho la atención y corrí hacia la biblioteca.

Con la primera lectura de Amelie no he podido posicionarme todavía en amor o odio, estoy en un termino medio. Metafisica de los tubos me ha gustado y he disfrutado mucho con la lectura. Pero tampoco ha sido algo muy pasional.
EL libro es una autobiografía de los 3 primeros años de la autora en Japón. Cuando leí la sinopsis, pensé que todo era muy extraño y no lo iba a entender, pero todo lo contrario. Es extraño si, pero se comprende perfectamente y lo que más me ha sorprendido es que me he divertido mucho porque tiene un ironía y humor muy real. 
La protagonista, un bebé recién nacido al principio, es capaz ya de pensar y razonar, y como no hay nada que le interese decide vegetar, y cuando pone vegetar es vegetar, sus padres la llaman "La Planta" porque no reacciona a ningún estimulo, hasta el punto que la dejan días sin comer para experimentar si así lloraría. Pero no El tubo, como ella se denomina es un tubo sin más.
Ya que las plantas, incluso las verduras, no por el hecho de tener una vida imperceptible al ojo humano dejan de tener vida. Se estremecen ante la proximidad de la tempestad,lloran de felicidad con el amanecer,
 se blindan de desprecio cuando alguien las agrede o se entregan a la danza de los siete velos con la llegada de la estación del polen . poseen una mirada, eso está fuera de toda duda, aunque nadie sepa en que lugar tienen las pupilas.
Me hizo mucha gracia como Amelie trata el tema de la maternidad/partenidad haciendo ver lo absurdos que somos los adultos con los niños, tiene momentos muy divertidos.
Cuando el Tubo, la planta, el bebé crece un poco, conoce a su abuela y esta marca un antes y un después en su vida ya que le hace probar el chocolate y despierta ipso facto el sentido de ésta.
Con el chocolate la vida tiene sentido, y La planta ya no es planta, despierta de tal manera que sus padres quieren volver a plantarla! 
Ahora el bebé se cree dios, y en este punto es un tanto prepotente porque sabe de todo, pero aprende a no demostrarlo, hasta tal punto que sabe perfectamente hablar, pero ella mostrará solo las palabras absurdas que complacerán a sus padres. 
Todo esto, mientras Amelie nos acerca un poco a a cultura japonesa y nos muestra el gran sentimiento de amor que siente por ella.
Y lo voy a dejar aquí porque a  mi parecer ya he comentado bastante y no quiero destripar nada más, creo que ya o podéis hacer una idea si os puede gustar o no.

En definitiva, Metafísica de los tubos es una lectura, entretenida y divertida, y que te deja con ganas de seguir leyendo a la autora y su peculiar pluma.  








2 comentarios:

  1. Pues mira que me parece original lo que nos cuentas, pero hay algo que no me acaba de animar con esta lectura. Aún así gracias por tus impresiones.

    Saludos.

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  2. Tengo un libro de Nothomb en la estantería (no este) y lo miro y remiro, porque no acabo de decidirme. Es que eso de "lo amas o lo odias" me tira un poco para atrás. O lo mismo me quedo como tú, que ni sí ni no. Ya veremos.

    ¡Besote!

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